Justicia en México como prioridad y reivindicación de los derechos sociales

Hablando de justicia

Hacer justicia se conceptualiza como “reconocer lo que merece, le toca o le pertenece a alguien, su valor, su libertad y sus derechos, y actuar de acuerdo con ello” [1]. Esto nos conduce a considerar que la sociedad debe tener garantizado el acceso a los derechos de educación, salud, seguridad, cultura y trabajo, lo que consecuentemente se reflejará en el aumento de la calidad de vida y, con ello, a la contribución colectiva al crecimiento económico.

Debemos concebir a la justicia como un principio moral holístico que nos conduzca a actuar según la verdad, el respeto a los demás y a reconocer lo que le pertenece a cada uno. Por eso mismo es que la justicia compromete aspectos económicos, sociales, territoriales y éticos.

La histórica utopía mexicana

Hablar de justicia en México era, hasta hace poco, lo mismo que hablar de desigualdad de oportunidades y de un asunto a jueces y tribunales, que por cierto estaba reservado para las clases altas que podían sustentar económicamente los procesos judiciales.

En cuanto a los gobiernos, durante muchas administraciones se destacó una inadecuada gestión económica que provocó la destrucción de la riqueza, la falta de ahorro y el oportunismo. Todo ello dio consecuencia una profunda desigualdad, en la que los más ricos acumulaban cada vez más, mientras que los pobres tenían cada vez menos.

La mayoría de los servicios públicos permanecían en abandono y con deficiencias históricas, lo que provoco el estancamiento de México.

La reivindicación del actuar público

En los últimos años, la Cuarta Transformación se ha basado en el principio fundamental de revertir las injusticias y construir un auténtico Estado de bienestar, lo que debe considerarse un paso crucial en la garantía de una vida digna para todos. Como ejemplo, resulta imperante mencionar el histórico y progresivo incremento del salario mínimo, destinado a devolver dignidad al trabajo y a revertir décadas de políticas que deprimieron el ingreso de los trabajadores en favor de las élites.

Otro aspecto relevante es la elevación a rango constitucional de los programas sociales de apoyo directo y sin intermediarios, lo que garantiza justicia universal y, por primera vez, brinda un piso de protección social inalienable para los sectores más vulnerables.

A ello se suma el reequilibrio del desarrollo nacional mediante inversión pública concentrada en el sureste de México y en regiones históricamente olvidadas. A través de proyectos de infraestructura y desarrollo regional, se busca subsanar la deuda histórica con dichas zonas, promoviendo un desarrollo más equitativo en todo el país.

Asimismo, se implementó una política de austeridad republicana y de combate al dispendio, concebida como un acto de justicia con el pueblo, al garantizar que los recursos públicos se utilicen para el bienestar general y no para el enriquecimiento de los funcionarios.

Gracias a estas acciones y a muchas otras implementadas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, 13.4 millones de personas salieron de la pobreza y 1.8 millones de la extrema pobreza [2]. Esto representa un logro en materia de redistribución de la riqueza y un ejemplar acto de justicia que fortaleció el poder adquisitivo de gran parte de la población.

No obstante, aunque los recursos se distribuyeron de manera más equitativa, el crecimiento y desarrollo económico no mostraron un avance significativo. Por ello, persiste el reto de aprovechar las ventajas de México para consolidarse como potencia manufacturera y destino atractivo para la inversión. El país cuenta con trabajadores de identidad sólida, raíces culturales profundas y una enorme resiliencia que les ha permitido sobreponerse a las adversidades. México es una nación megadiversa, con una riqueza natural y biológica única, una posición geoestratégica privilegiada, una red de relaciones internacionales consolidada y un gran potencial para convertirse en una potencia industrial, tecnológica y científica plenamente insertada en la economía del conocimiento y la cooperación global.

En cuanto a la impartición de justicia, se impulsó y aprobó la reforma judicial mediante la cual se establecieron elecciones para jueces, ministros y magistrados, bajo la consigna de acercar los servicios judiciales a toda la población y eliminar ciertos privilegios.

Los retos del futuro

A pesar de los significativos avances alcanzados, la situación actual de México se centra principalmente en corregir las disparidades económicas. Sin embargo, el mayor desafío persiste en la justicia impartida, donde la impunidad y la saturación del sistema judicial siguen obstaculizando la plena confianza en las instituciones. Entre los principales retos se encuentra demostrar que la justicia no solo debe entenderse como una política de redistribución, sino también como una protección efectiva y cercana para los ciudadanos comunes, alineando los valores de la transformación con una agenda de equidad y desarrollo inclusivo.

Si bien la reciente reforma judicial federal representa un paso importante, aún es necesario complementar la justicia social con cambios en la justicia cívica y comunitaria. Esto implica invertir en la profesionalización y autonomía de los Ministerios Públicos y de los órganos locales de justicia, con el fin de que actúen con celeridad e imparcialidad en los delitos comunes, garantizando así un acceso universal a la justicia.

Finalmente, se requiere consolidar la justicia social mediante la creación de un sistema nacional de cuidados que reconozca la labor no remunerada y permita a millones de mujeres integrarse plenamente a la vida económica. Esto constituiría un acto crucial de justicia de género y corregiría una histórica desigualdad laboral.

[1] “Justicia”. El Colegio de México, Diccionario del Español de México, 2 de octubre de 2025; dem.colmex.mx/ver/justicia

[2] Daen, A. “Histórico: 13.4 millones dejan la pobreza con AMLO y 2 millones, la pobreza extrema”. Sin embargo, Unidad de Datos, 13 de agosto de 2025; www.sinembargo.mx/4687712/historico-13-4-millones-dejan-la-pobreza-con-amlo-y-2-millones-la-pobreza-extrema/

Dama de la justicia